TRADICIONES
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- Categoría: Tradiciones
- Publicado: Martes, 17 Mayo 2016 18:56
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Antes de empezar este articulo, vamos a definir lo que nosotros entendemos por tradiciones y después enumeraremos algunas de las tradiciones que conocemos de nuestro Pueblo. Creemos, sinceramente, que no serán todas, que alguna nos dejaremos, y que por tanto nuestros ciudadanos y los estudiosos de estos temas nos pueden ampliar y en su caso rectificar. Estaríamos encantados y agradecidos, de su inestimable colaboración.
Tradición es el conjunto de patrones culturales que una generación hereda de las anteriores y, usualmente por estimarlos valiosos, trasmite a las siguientes. Se llama también tradición a cualquiera de estos patrones. El cambio social altera el conjunto de elementos que forman parte de la tradición.
Se considera tradicionales a los valores creencias costumbres y formas de expresión artística característicos de una comunidad, en especial a aquéllos que se transmiten por vía oral. Lo tradicional coincide así, en gran medida, con la cultura y el folclore o "sabiduría popular".
La visión conservadora de la tradición ve en ella algo que mantener y acatar acríticamente. Sin embargo, la vitalidad de una tradición depende de su capacidad para renovarse, pudiendo cambiar en forma, aunque manteniendo los cánones estéticos o filosóficos tradicionales, pero no de fondo, para seguir siendo útil.
El poeta Vicente Aleixandre destaca esta capacidad creadora de la tradición al escribir en su discurso de recepción del premio Nobel: Tradición y revolución. He ahí dos palabras idénticas.
René Guénon
La palabra tradición tiene un sentido particular en los escritos del metafísico francés René Guénon. Con ella alude Guénon a contenidos y prácticas trasmitidos durante siglos que mantienen abierta una vía de acceso a la verdad absoluta del hombre y la relación de éste con Dios y la creación. La tradición es única para toda la humanidad, y se manifiesta de forma superficialmente distinta en los diferentes pueblos y religiones, variando según el contexto, pero manteniendo siempre intacta la parte interior o esotérica (que es inalterable e incomunicable). La cadena se rompe con la época moderna, en la que se pierde la tradición verdadera y solo persisten costumbres que no remiten a ninguna realidad trascendente, pues se trata sólo de manifestaciones físicas reproducibles, y no de realidades interiores que se externalizan a través de múltiples formas, ajustándose a los límites establecidos por la misma tradición.
Veamos a continuación las tradiciones más emblemáticas que ha mantenido Ojós.
Subasta de los Tronos de los Santos que participarán en las tradicionales Procesiones de Semana Santa
En Semana Santa, Jueves Santo, se subastan los Santos y Tronos que participarán en las Procesiones. Esta subasta se celebra dentro de la Iglesia y todo lo recaudado es para pagar los gastos de las Procesiones.
Hay un Moderador de la Subasta, que tradicionalmente era Gerónimo el de Remedios, y que lo fue hasta su fallecimiento. Actualmente se encargará de la Subasta, su hija Pili.
Las Pujas suelen ser muy reñidas, alcanzando sus máximos los Tronos de la Virgen y La Cama del Señor.
La Enramá
Llamamos Enramá, al tradicional corte de ramas de olmo y más antiguamente también baladre, que tiene lugar durante la madrugada del sábado al domingo de Resurrección, por los jóvenes de la localidad, para ponerlas como regalo o agasajo delante de la puerta o ventana de la persona a la que se quiere cortejar.
Cuando ese día despertaba la lozana jovencita (y algunas no tanto) veía con asombro y gran ilusión que alguno (o varios) de los mozos del pueblo estaba interesado por ella (según el numero de ramas) y pretendía cortejarla. Muchas de las veces la joven no sabia quien era el mozo que la pretendía y si se imaginaba alguno, casi siempre era posible que errara pues eran los mozos más introvertidos o poco decididos los que dejaban las ramas y a veces el olmo entero delante de su puerta. Esto posteriormente daba pie a que la ingenua joven indagara quien o quienes eran sus posibles pretendientes y diera lugar a posteriores conversaciones con el de su elección.
Algunos años, se han vivido historias tragicómicas de querer los padres abrir la puerta de sus casas y no poder hacerlo por estar tapadas y atrancadas por las ramas o los olmos enteros. También esto daba pie a los padres, para interesarse y mucho, por conocer el nombre de los pretendientes de su hija y no solo para agradecerles tan bonito presente.
El Juego de las Caras
Tradicionalmente, todos los Viernes Santo se juegan a las Caras. Este juego consiste:
Primero: dos o más personas se reúnen (la banca) y ponen un dinero, en cantidad suficiente, para poder igualar y pagar cualquier apuesta de los jugadores.
Segundo: se preparan varios juegos de DOS monedas iguales, generalmente antiguas (del tio sentao), para ser lanzadas. Pueden y suelen ser revisadas por cualquiera de los participantes.
Tercero: se reúnen los participantes apostantes, formando un circulo lo suficientemente amplio dentro del cual cada uno y a su pies deposita el dinero que apuesta y se tiran al aire la las DOS monedas.
Cuarto: una vez realizadas las apuestas, un integrante de la banca va pasando y depositando junta al dinero que tiene el apostante a sus pies otro importe exactamente igual al apostado (esta es la cantidad que ganaría el apostante en caso de serle favorable la apuesta –dos caras-) y así con todos los apostantes. Si alguna de las apuestas fuera tan elevada que la banca no pudiera o quisiera igualar (normalmente antes del juego se suelen fijar unos topes máximo y mínimo para las apuestas) se lo comunicaría al apostante y se llegaría a algún tipo de acuerdo.
Quinto: una vez cubiertas todas las apuesta, se sitúa el lanzador de las monedas (que siempre suele ser alguien perteneciente a la banca) dentro del circulo compuesto por los apostantes, con espacio suficiente para que estas sean lanzadas, en posición plana, una de cara y la otra de cruz, a más de tres metros de altura y puedan caer libremente, rebotar en el suelo sin ningún tipo de obstáculo y obtenerse un resultado valido.
Según en la posición que queden las monedas puede haber tres resultados validos (no será valido si la moneda o monedas caen encima de algún obstáculo o si su posición queda dudosa entre la cara o la cruz):
Cara y Cruz: no gana nadie (se vuelven a lanzar las monedas al aire hasta que halla un resultado valido)
Cruz y Cruz: gana la banca (las personas que se hacen cargo de la banca recogen todo el dinero que hay a los pies de los jugadores, con lo que el juego empieza otra vez de nuevo apostando y lanzando las monedas),
Cara y Cara: ganan los apostantes (los apostantes recogen el dinero que tienen a sus pies que es el doble de lo que han apostado, con lo que el juego empieza otra vez de nuevo apostando y lanzando las monedas)
El juego de las Caras es una tradición de cientos de años y por ese motivo era normal que determinadas familias fueran o mejor dicho pusieran la banca. Hasta hace poco, los banqueros más populares eran Gerónimo (el de Remedios) y Pascual el Cojo (el corredor de fruta) que formaban una desigual, aguerrida e indesbancable pareja de buenos banqueros. Fallecido uno de sus componentes Pascual el Cojo, formaron la banca Gerónimo y el hijo de Pascual el Cojo, Gerardo (el de Águilas) que seguían formando una estupenda, avenida e inigualable pareja de banqueros. Por desgracia y hace muy poco falleció Gerónimo y la siguiente pareja de banqueros la formaron Gerardo y la hija de Gerónimo, Pili, tan carismáticos y aguerridos como sus padres, buenos e inteligentes banqueros.
La Cencerrá
La cencerrada era esa especie de censura que la comunidad establecía contra los casamientos "anormales". El Diccionario de Ayala lo define así en 1693: "un viejo se casa con una niña o un mozo con una vieja, o dos viejos o alguna viuda por tercera o cuarta vez. La gente popular acostumbra a darles chascos la noche de bodas, haciendo ruido con sartenes y hierros viejos o cencerros".
La Cencerrá en Ojós era una tradicional fiesta de pitos, canticos, rimas, estribillos maliciosos, toques de cacerolas y todo tipo de instrumentos de cocina y cencerros, que se le dispensaba al anochecer y por sorpresa a los que contraían nupcias con viudos o viudas.
Lógicamente, los tiempos han cambiado y mucho, pero antiguamente los desposados solían quedarse a dormir en su domicilio y todo el pueblo con cara de complicidad, una sonrisilla algo burlona y mucha picardía, se unía en desigual compañía, con nocturnidad y alevosía, para agasajar a los contrayentes, que en esos momentos se les suponía en la cama haciendo sus cosillas.
Una vez tomadas posiciones, generalmente debajo de la ventana del dormitorio, se coreaban los estribillos que previamente traían consensuados. Los más descarados coreaban un estribillo y el resto les contestaba a este estribillo y al final se escuchaba el alborozo de pitos, cacerolas, cencerros y muchedumbre. Esto podía durar horas y a veces hasta días. Por supuesto cuanto más se enfadaba el nuevo matrimonio, más fuertes se hacían los estribillos y la Cacerolá y más días se le daba.
Uno de los viejos de Ojós recuerda una de las últimas Cacerolas (ha habido solo dos o tres después de esta) celebrada con motivo de la unión de Luis y Constanza.
Estribillo :
Varios cantaban: Quien se casa
La Muchedumbre contestaba: Luis
Varios cantaban: Con quien
La Muchedumbre contestaba: con Constanza
Varios cantaban: Para qué
La Muchedumbre contestaba: para rascarle la panza.
Y seguidamente se escuchaba todo tipo de utensilios de cocina, pitos, cacerolas y cencerros. Y así toda la noche.
Por supuesto esta tradición, dado los tiempos que corren, separaciones, divorcios, parejas de hecho, de derecho, etc. Ya no tiene sentido.
El Rosario de la Aurora, los domingos del mes de octubre
Se realizan los domingos del mes de octubre, desde tiempo inmemorial. Antes del alba, se sale de la parroquia, con un itinerario marcado
cada domingo; el que lleva “la guía” del rosario que normalmente suele ser el Sacristan (El Choto) reza la segunda parte del Ave María y los fieles que acompañan a la Virgen rezan, rezan la primera parte:
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo y bendita tú eres, entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Al volver a la parroquia se celebra la Eucarístia, cantando una salve a la salida del sacerdote y, al finalizar la misa, se suele cantar otra salve.
En Ojós y durante la salida y su recorrido fuera dela Iglesia, se suele cantar:
El demonio a la oreja,
te va diciendo,
no vallas al Rosario,
sigue durmiendo.
Que viva Maria,
que viva el Rosario,
que viva Santo Domingo,
que lo ha creado.
Como sabemos, la celebración del Día de la Virgen del Rosario fue instituido por el Papa San Pío V, en el año 1572. Su sucesor Gregorio XIII, el uno de abril de 1593, extiende la Fiesta a todas las Iglesias y Capillas en que estuviera erigida esta Cofradía.
El Mal de Ojo
En Ojós como en todo pueblo que se precie, existían y aun existen varias personas que se ofrecen a quitar y quitan el MAL DE OJO. No son para nada lo que podemos entender como curanderos, si no personas que dicen, gozan de ese preciado DON, gracia innata o poder.
Se puede definir el MAL DE OJO como una “maldición sin palabras”, a diferencia del hechizo (requiere frases rituales), del maleficio o del encantamiento (se utilizan estrategias, filtros, bebedizos y efluvios).
IBN JALDUM: “Los efectos producidos por el mal de ojo, se incluyen en el número de impresiones que resultan de la influencia del alma. Proceden del individuo dotado de la facultad del mal de ojo, y tienen lugar cuando él ve una calidad o un objeto que le causa placer. Entonces su admiración se vuelve tan intensa que hacer nacer en su entraña un sentimiento de envidia, juntamente al deseo de arrebatar esa calidad o ese objeto a quien lo posee. Entonces aparecen los efectos perniciosos de dicha facultad, o sea, el mal de ojo. Facultad ingénita, debida a la organización del individuo”.
ENRIQUE DE VILLENA: “Se conoce cualitativamente la catadura del enfermo cuando la tiene turbada y ama tener los ojos bajos, e tener cuidado sin saber de que, e estar penoso e vagar y suplicar, e sentir queje en el corazón, e oscurecimiento e dolores de cuerpo, como no querer comer, ni tener señales de especial e acostumbrada señalada dolencia, ni saber causa nombrada; préstanle poco las comunes dolencias, e aun fallánle a veces frío, e súbito se muda en color alternándose por veces trocadas en sudores que le vienen no razonables, e luego dejan, e apretan las manos, esconde los pulgares e bosteza a menudo, e tiene el oír más agudo que antes y extrisense del vientre; tales accidentes muestran daño de ojo haber estado causado”.
AFRODISEO: “Porqué pueden las viejas a los niños aojar. Salen vapores malditos de los ojos de las viejas; y en llegando a los chiquitos ponénlos malos y aflitos y adelgazan sus pellejos. Por ser el niño tierno, es más presto aojeado. Aquestas causas discierno, aunque otras he hallado”.
FRAY ANTONIO DE FUENTELAPEÑA: “Muchos filósofos son del sentir, que la visión, no se realiza por intromisión, sino por extramisión, esto es, no porque la visiva potencia reciba especies de objetos, sino porque ella arroja de sí, ciertos espíritus visorios, que alterando el medio, hace resulte de ahí, un resplandor que por sí mismo cause la visión”.
SANTO TOMAS: “Los aojadores, inficionaban (infectaban) el aíre hasta determinado espacio y que a través de él transmite por el aire y entra por los ojos al aojado”.
ENRIQUE DE VILLENA: “Es tal la potestad de algunos, que hasta de matar aves en vuelo y dar las bestias a tierra y hacer caer como heridos por el rayo los conejos en carrera abierta, con sólo mirarlos fijamente gritando al propio tiempo, ¡Jo, jo, jo!; y examinados estos animales, dícese que tienen todos la vejiga de la hiel reventada”.
FRAY MARTIN DE CASTEÑAGA: “Es virtud natural expulsiva, el expeler y lanzar del cuerpo todas las impuridades y lo que es muy más sotil, expeler por las vidrieras de los ojos, y ansí salen por ellos como unos rayos las impuridades y suciedades mas sotiles del cuerpo, y cuanto mas sotiles, tanto mas penetrantes y mas inficionan, y así parece que la mujer estando con «sus flores» (período), mirando el espejo limpio y nuevo, lo hiciese de pecas máculass con los rayos que le salen de los ojos. Y si en tal tiempo miráse ahito y de cerca a los ojos de algún niño tierno y delicado, le imprimiría aquellos rayos ponzoñosos, y le destemplara del cuerpo de tal manera, que no pudiese abrir los ojos ni tener la cabeza derecha sobre sus hombros. Y esta infición y pozoña tienen más unas que otras y en especial las viejas que han dejado de purgar «sus flores» (menopausia) porque entonces purgarán más por sus ojos, y de peor complexión en razón de la edad; y así la vista de las semejantes es más peligrosa, y por esto deberían tener este aviso de que nunca miraren ahito y de cerca a los ojos de los niños tiernos, y si acordándose de ellos lo hiciesen imprimirían más ponzoña por razón de la imaginación y pecarían mortalmente contra el quinto mandamiento”.
Cuando vieren que la criatura está herida de aojo:
“Haganles sahumerio de yerbas hodoríferas e incienso y semejantes cosas aromáticas, ni piensen de esta enfermedad proviene de algunas brujas o es cosa de hechicería, porque cosa natural es que puede proceder de cualquier persona mal dispuesta o de tal manera acomplexionada, aunque es verdad como digo que se puede acrecentar y encender la malicia de la ponzoña con la malicia del corazón, con que a la criatura podrían mirar; y esto procedería de alguna persona maliciosa o bruja o hechiera, que desean hacer mal a las criaturas inocentes para servir al demonio su señor”.
Se dice que las personas en trance de muerte pueden lanzar un poderoso mal de ojo; de ahí que exista la costumbre de cerrar los ojos de los fallecidos de inmediato; aparte de las razones estéticas, todo el mundo ha temido siempre la maldición de la persona agónica, puesto que en aquel momento las fuerzas negativas exteriorizadas por el moribundo, se centuplican, siendo mucho más peligrosas. En idéntico sentido se cuenta que el mal de ojo hecho por un varón es más difícil de «cortar», por su capacidad de penetración, que el de la mujer.
Las víctimas más usuales del mal de ojo, tradicionalmente, son los niños, cuanto más lozanos, vistosos y engalanados, más proclives son a padecer el aojamiento (el móvil suele ser la envidia).
Otra forma de perjuicio indirecto es aojar a una madre lactante, produciéndole la retirada de la leche, con lo cual la criatura causa una desnutrición con todas sus consecuencias, y con la ganancia, si fallece, para el diablo, que si es criatura no cristianada, su alma errabunda es capturada por el maligno para sumarla a su legión.
Los animales también pueden realizar mal de ojo:
BASILISCO: (Según la Real Academia Española: “Animal fabuloso, al cual se atribuía la propiedad de matar con la vista”). Es el basilisco un terrible monstruo, producto de un huevo de gallina que roba y empolla una serpiente. Tiene el tamaño de un gato y es mitad gallo y mitad lagarto. Las armas del basilisco son sus ojos y sus dientes, no pudiendo ser vencido ni siquiera por el caballero de corazón más puro, porque su mirada es mortal. Marchita árboles y plantas y los pájaros caen en vuelo; sólo se resiste a sus ojos la “ruda” (hierba de gracia), el gallo y la comadreja (animal al que también se le atribuye poder de aojamiento).El basilisco muere al oír el canto del gallo, y las comadrejas, al ser inmunes a su mirada, les atacan sin piedad, ya que conocen que las hojas de “ruda” curan sus heridas del combate, saliendo, finalmente, siempre vencedoras.
Frente a la bestia mitológica, existe su homónima zoológica (Basiliscus Basiliscus), en América Central, su principal peculiaridad es el poder correr sobre el agua de los ríos y lagos en posición erecta, por lo que en Panamá se le conoce con el nombre de Animal de Jesucristo.
Tratamientos
El amuleto más extendido es el Escapulario y también los “evangelios”, oculto bajo la ropa de los niños (se suelen retirar una vez cristianado, ya que entonces se cuenta con la protección divina).
Ocasionalmente, estos amuletos pueden ser también “odoríferos”, ya que pueden contener algún trozo de ajo que, junto con la sal, son sustancias que desagradan por su sabor al diablo y sus seguidores. Usualmente los “evangelios” suelen consistir en una bolsita de raso, preciosamente bordada con hilos y lentejuelas de oro y plata, conteniendo en su interior 5 páginas diminutas de las Sagradas Escrituras. (Son famosos por su arte los confeccionados por las monjas Clarisas de Mula).
No es indispensable que la persona que realiza el “diagnóstico y tratamiento” tenga unas características peculiares. No obstante, el poseerlas confiere una “gracia” innata que favorece al que las practica. Como pueden serlo las circunstancias de haber nacido en Viernes Santo, ser bautizado con el Cirio y haber guardado la Vigilia Pascual la progenitora; o cuando, como dicen que ocurre cada 100 años, coinciden Viernes Santo y la festividad de la Encarnación.
También se describe otra cualidad más rara; haber llorado tres veces dentro del vientre de la madre, y no haberle sido revelado a la interesada hasta su edad adulta, por la progenitora.
También pueden contarse algunos caracteres somáticos peculiares, como los dedos de los pies montados, la cruz en el vientre, la mano o en el paladar (esta última es usual en los humanos), el mellizo que nace segundo, personas que no les pican los alacranes, etc.
Estas personas son gente bienintencionada, sencilla y generosa, con ánimo de servicio a sus semejantes, y que no cobra estipendio alguno por sus servicios; no obstante, lo mismo que cualquier profesional de la Sanidad, no rechaza el obsequio de los pacientes agradecidos, aunque nunca o casi nunca lo piden o insinúan; en gran parte, obtienen su compensación a través del status mágico y de repetabilidad que obtienen en el entorno donde residen.
Una vez “mirado” y confirmada la existencia de la afectación, se dispone el menester para realizar el conjuro o arte de la “lecanomancia”, que se le llama al comportamiento de las sustancias vertidas en recipientes de loza.
Se dispone un tazón o plato blanco con agua (en algunos casos se le añade sal), un candil con aceite de oliva, ya que su color contrasta más, la existencia o no de llama encendida va en gustos, confiriendo el primero un carácter más místico al rito. Acto saludador: se santigua y tomando con el pulgar de su mano derecha, formando una cruz con el índice, un poco de aceite, deja deslizar las gotas sobre el dedo cordial de la mano izquierda del afectado por ser la más próxima al corazón.
El aceite resbala a lo largo del dedo, cayendo sobre la superficie del agua desde el extremo de la uña, en este instante pueden ocurrir dos hechos físicos, que el aceite, mezclándose con el agua, desaparezca sumergiéndose en ella (signo inequívoco de que hay y persiste el mal), o bien, que al cabo de repetir rito y conjuro, las gotas permanezcan sobrenadando la superficie del agua y/o se unan entre sí (el maleficio ha cesado).
Esto puede repetirse nueve veces al día, repartidas tres grupos de tres, cambiando cada tres el agua, y arrojándola al sol, bien contra una pared o al piso de la calle, con la particularidad que al secarse habrá desaparecido cualquier posible resto del mal, pero siendo arrojado al suelo, y pisado accidentalmente por alguna persona “gafe”, ésta perderá de inmediato su capacidad para hacer el mal en adelante, ya fuera voluntaria o involuntariamente.
De idéntica forma se hace con los animales (o personas ausentes), cuando existe dificultad para manejar una pata o pezuña (o la persona se halle distante), se obtiene un mechón de pelo, realizándose con él el mismo rito, y una vez finalizado, en el caso de los animales, dicho mechón es envuelto en una bola de miga de pan, haciéndoselo tragar al bicho.
Se cree que si el conjuro es dicho en voz audible (fuera de la fecha sagrada del Viernes Santo), se pierde automáticamente la “gracia”. Por lo que la transmisión de dicho conjuro requiere condiciones especiales, y suele ser transmitido al estar próxima la muerte del saludador a algún hijo o persona con “gracia”.
El conjuro es una letanía de santos, en que se invocan a las tres personas de la Santísima Trinidad, salpicada de persignaciones. La oración podría ser próxima a la siguiente:
“Entre dos te han hecho el mal entre tres te lo han de curar en el nombre de la Santísima Trinidad Padre, Hijo y Espíritu Santo. Si es en la cabeza, Santa Teresa si en los ojos, San Ambrosio si el corazón, Divino Salvador si en las manos y en los pies, San Andrés y los ángeles treinta y tres Santa María impón tu mano y no la mía”.
Otra versión simplificada es la siguiente:
“Si te han tomado de ojo por la mañana que te lo quite la abuela Santa Ana si te han tomado de ojo al mediodía que te lo quite la Virgen María si te han tomado de ojo por la tarde que te lo quite la Virgen del Carmen si te han tomado de ojo por la noche que te lo quite San Roque”.
Otra versión aún más simple:
“Si lo has hecho por la mañana, la abuela Santa Ana. Si lo has hecho al Mediodía, La Virgen María. Y si lo has hecho por la noche, San Roque”.
A continuación se reza un Credo tras de cada conjuro, y así nueve veces cada día, de tres en tres.
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